lunes, 7 de marzo de 2011

La guerra, una guarangada.

Antes de avanzar una sola letra más en esta entrada considero necesario confesar que el género bélico siempre me atrajo con gran intensidad, en particular en lo referido a las dos guerras mundiales.

Supongo que en esto tiene mucho que ver el haber sido criado por un padre modelista, que jalonó mi infancia con decenas de soldaditos, barcos y aviones de plástico.

Recuerdo al menos un centenar de reproducciones de barcos de guerra de todas las épocas, y aun conservo unas cuantas de aquellas reliquias.

Allí estaban el acorazado Bismarck; la fragata US Constitution; el Natchez, un vapor de ruedas del río Mississippi; aquel drakkar repleto de vikingos y la galera real de Luis XIV, por mencionar sólo unos pocos.

Sin embargo, por alguna razón desconocida, llevo grabado en la memoria un modelo a escala de un tanque inglés de la primera guerra, que siempre me fascinó por completo.

Dicho todo esto, lo que sigue podría parecer una falta de respeto al género, pero creanme que no es así.

Se trata tan sólo de un abordaje a un tema ciertamente trágico, pasándolo por el tamiz del humor, o de la humorada, si se quiere.

El recurso es simple, se trata de una vulgaridad completa, emplazada en un escenario nada vulgar.

La propuesta puede ser solamente eso, o, para quien lo prefiera, puede tratarse de una forma de exorcizar el horror de la guerra de trincheras y los gases venenosos, por medio del absurdo.

Por último, quisiera añadir que, aunque no pretendo evadir mi responsabilidad en todo esto, es probable que la culpa no sea exclusivamente mía. Consideren ustedes las graves consecuencias que produce en los niños la afición al modelismo a escala.

Y ya que estamos, culpen también a Tardi.










eso es todo por ahora. Espero sepan disculpar.


salud!


Ah! me olvidaba de una cosa importante. El otro gran responsable de todo es nada menos que el maestro del color, el señor Mariano Krass. Que no se la va a llevar de arriba, no, no.



más saludes.


orx

   

8 comentarios:

  1. seguramente un pedo es algo fino comparado con una guerra. Tan linda que queda una flor como simbolo.

    ResponderEliminar
  2. coincido plenamente con lo del pedo, pero no entendí lo de la flor ¿me explica como sería esto que usted me dice que no alcanzo a comprender?

    ResponderEliminar
  3. Digammos que el simbolo de la guerra en su historia es un pedo. Seguramente como simbolo mejor es una flor, aunque demasiado utilizado ya, ese recurso. Incluso por Tardi.

    ResponderEliminar
  4. vos decís por lo de la flor en el fusil?

    ResponderEliminar
  5. Que buen dibujo! y me rei mucho con el dialogo inicial del pedo.
    Saludos

    ResponderEliminar
  6. gracias Galantz, qué bueno que te gustó el dibujo! un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. buenísima esta historieta, pese a lo olorienta que parece ser, je

    ResponderEliminar
  8. muchísimas gracias señor Aguado! Usted ya sabe que está disponible para el malón patagónico cuando lo crea oportuno.

    ResponderEliminar