miércoles, 16 de marzo de 2011

Aquello que pasa...

"Aquello que pasa, pasa como la nubes".

Así es, la entrada anterior hizo referencia a un tema de clap, y esta otra nos acerca a King Crimson (que así se llama un tema de los amiguitos de Fripp).

No es que haya una relación muy directa tampoco, pero ya que estoy a punto de subir una tira de "cosas que pasan" y vi por ahí un afiche que decía que viene Tony Levin, en fin... una cosa lleva a la otra y supongo que algo de lógica tiene la asociación libre.

No más palabras (say no more, dijo otro músico implicado en mi discoteca)

He aquí la tira de Marzo del periódico Saber Cómo:


¿vieron que no tenía nada que ver con King Crimson?

orx

martes, 8 de marzo de 2011

Animal de cuevas

Me acuerdo de una canción de Clap (la banda que supo tener Diego Frenkel antes de la Portuaria) que se llamaba "Hombre Primitivo" y acá la encontré en la interné, al menos el audio, claro:

http://www.youtube.com/watch?v=36oFHkY5_HE

mientras la escuchan pueden, si quieren, mirar esta nueva tira; que no es tan nueva tampoco, pues ya fue publicada en el blog de la Historieta Patagónica hace un tiempito.

"Hombre de Neanderthal (...) qué habrás dejado dentro de mí"

En lo que a mí respecta, parece que dejó historietas.


salute.

¡Cómo me gustaba Clap! si hasta me compré el disco y todo.

lunes, 7 de marzo de 2011

La guerra, una guarangada.

Antes de avanzar una sola letra más en esta entrada considero necesario confesar que el género bélico siempre me atrajo con gran intensidad, en particular en lo referido a las dos guerras mundiales.

Supongo que en esto tiene mucho que ver el haber sido criado por un padre modelista, que jalonó mi infancia con decenas de soldaditos, barcos y aviones de plástico.

Recuerdo al menos un centenar de reproducciones de barcos de guerra de todas las épocas, y aun conservo unas cuantas de aquellas reliquias.

Allí estaban el acorazado Bismarck; la fragata US Constitution; el Natchez, un vapor de ruedas del río Mississippi; aquel drakkar repleto de vikingos y la galera real de Luis XIV, por mencionar sólo unos pocos.

Sin embargo, por alguna razón desconocida, llevo grabado en la memoria un modelo a escala de un tanque inglés de la primera guerra, que siempre me fascinó por completo.

Dicho todo esto, lo que sigue podría parecer una falta de respeto al género, pero creanme que no es así.

Se trata tan sólo de un abordaje a un tema ciertamente trágico, pasándolo por el tamiz del humor, o de la humorada, si se quiere.

El recurso es simple, se trata de una vulgaridad completa, emplazada en un escenario nada vulgar.

La propuesta puede ser solamente eso, o, para quien lo prefiera, puede tratarse de una forma de exorcizar el horror de la guerra de trincheras y los gases venenosos, por medio del absurdo.

Por último, quisiera añadir que, aunque no pretendo evadir mi responsabilidad en todo esto, es probable que la culpa no sea exclusivamente mía. Consideren ustedes las graves consecuencias que produce en los niños la afición al modelismo a escala.

Y ya que estamos, culpen también a Tardi.










eso es todo por ahora. Espero sepan disculpar.


salud!


Ah! me olvidaba de una cosa importante. El otro gran responsable de todo es nada menos que el maestro del color, el señor Mariano Krass. Que no se la va a llevar de arriba, no, no.



más saludes.


orx