Esta vez le tocó a Jauretche.
El señor Arturo jamás imaginó que pasaría una cosa como esta con uno de sus libros (supongo). Como tampoco habrá imaginado que el diminutivo de su nombre sería ampliamente popularizado por un robotito del futuro, que vivió hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana (eso, suponiendo que haya algo así como una "vida" para un robot).
En todo caso, esta entrada amplía un poquito más la constelación de autores que comparten el dudoso privilegio de ser incluídos, a la fuerza, en esta antología; publicada, como ya se ha dicho, en la revista Debate.
Entonces, como dijo un romano hace un par de milenios:
las vacas no hablan (Res non verba).
He aquí la historieta:
Nos leemos en la próxima.
salut!
orx
Gran definición de orgullo y vanidad. Muy buenos los dibujos, plasman perfectamente los pensamientos de don Jauretche. Abrazo
ResponderEliminarmuchas gracias señor Milio, tarde, tardísimo, pero seguro, le respondo a su comentario.
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